La Doctora Ana María Polo González, famosa por su polémico y divertido programa “Caso Cerrado”, es mucho más que la jueza despiadada y gritona que vemos cerrando casos a martillazos; pues también tiene un lado sensible que durante su larga vida ha sido marcado por varias tragedias y mucho dolor.
Ana María nació el 11 de abril de 1959 en Cuba, pero siendo muy chiquita su familia tuvo que dejar todo atrás y mudarse a Puerto Rico debido a que su padre, quien era un exitoso empresario, comenzó a tener problemas con las medidas que estaba imponiendo el gobierno de Fidel Castro.
Desde pequeña su sueño siempre fue llegar a ser una actriz o cantante, por lo que cuando tenía 16 años fue parte de un coro que cantó para el Papa Pablo VI en Roma, sin embargo y aunque los demás reconocían todo su talento, sus padres siempre la desanimaban diciéndole que ella nunca sería artista y que no valía la pena intentarlo.
Aunque su vida y la de su familia en Puerto Rico era muy buena al principio, a los pocos años comenzaron a sufrir diversas agresiones por su origen debido a que los veían como invasores. Las discriminaciones cada día eran peores, incluso, llego el punto en el que ella y sus dos hermanos tenían que ir a la escuela con guardaespaldas, hasta que un socio de su padre fue encontrado muerto con un cartel que decía “Fuera de aquí, cubanos cochinos”.
Fue ahí cuando su familia decidió mudarse a Miami, en donde Ana María se casó a los 19 años con un hombre 10 años mayor que ella con la intención de liberarse de su familia, quien la mantenía en una constante opresión.
De esa unión salió embarazada pero lamentablemente perdió al niño en el cuarto mes, convirtiéndose esta, en una de las experiencias más dolorosas.
A raíz de esto, Ana María decidió darle un giro por completo a su vida, por lo que no solo se separó de su marido, sino que se fue a vivir sola y consiguió su primer empleo como recepcionista en un despacho de abogados, en donde sorprendió tanto con su habilidad para resolver conflictos que sus mismos jefes y compañeros la motivaron para que estudiara Derecho, pues consideraban que sería una gran abogada.
Con mucho trabajo y esfuerzo la chica consiguió terminar la Licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Internacional de Florida en 1983 y 4 años más tarde obtuvo su Licenciatura en Derecho con la Universidad de Miami, para finalmente especializarse en Derecho Familiar.
Su talento, carisma e inteligencia eran tan grandes, que no pasó mucho tiempo para que comenzara a ser invitada a diferentes programas de radio y posteriormente en la televisión con “El Show de Cristina” en 1994.
Poco después, en el año 2001 le fue ofrecido su propio programa de televisión, llamado “Sala de Parejas”, pero Cuando Ana María sólo tenía dos años grabando, la desgracia llegó nuevamente a su vida una mañana.
Mientras se encontraba con su equipo en el estudio, recibió la confirmación de que tenía cáncer de mama.
Sin embargo, a pesar de la terrible noticia, esta mujer mostró una gran fuerza y aun después de haber recibido el duro golpe, Ana María continuo con la filmación de su programa como cualquier otro día.
Aunque al principio pensó que ese era el fin, su fuerza y entereza le ayudaron a superar esta brutal enfermedad, misma que ahora ve como una bendición que le enseñó a apreciar la fragilidad de la vida.
Ana María perdió los ovarios, la glándula tiroides, su seno derecho, 20 ganglios que dejaron su brazo derecho con muy poca sensibilidad y tuvo que recibir varios tratamientos que afectaron su rostro, pero nada de eso fue suficiente como para derrumbarla.
Desde 2005 el nombre de su programa fue cambiado a “Caso Cerrado” y la querida doctora compuso y cantó el tema principal.
En ese nuevo formato comenzó a atender mayor variedad de casos e hizo un mayor esfuerzo por educar al público en temas de derecho, así mismo, comenzó a enfocar su trabajo con asociaciones que luchan contra el cáncer y por los derechos de la comunidad LGBT.
Y aunque parecía que aquí toda la tempestad había pasado, en 2013 la tragedia nuevamente se hizo presente, pues mientras se encontraba en Nueva York, su padre murió de cáncer de pulmón, sin darle tiempo ni siquiera de despedirse.
Así es como ha vivido Ana María Polo, una de los mas grandes personajes de la televisión, cayéndose una y otra vez, pero siempre levantándose de todos los golpes que le ha dado la vida, para seguir luchando por la gente y las causas en las que cree, lo que la ha convertido en una mujer admirable, todo un ejemplo a seguir, y una fuente de inspiración para sus televidentes.
Ana María Polo es más que la jueza de un programa de televisión, es una mujer como cualquiera de nosotros, una mujer que a pesar de que ha sido golpeada no se ha dejado vencer, y vive buscando a quienes más lo necesitan.
¿Qué actitud asumes antes los golpes que te da la vida?
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